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Puntos clave
- Hachiko, un perro Akita, nació el 10 de noviembre de 1923 en Odate, Japón, y fue adoptado por Hidesaburo Ueno tras ser encontrado abandonado.
- El perro acompañó a Ueno a la estación de tren de Shibuya todos los días y esperó su regreso incluso después de su muerte en 1925, durante casi diez años.
- La primera estatua de Hachiko fue erigida en 1934, y aunque fue retirada durante la Segunda Guerra Mundial, una nueva estatua se inauguró en 1948 y es ahora un monumento emblemático.
- Hachiko es recordado no solo en Shibuya, sino también en Odate y en la Universidad de Agricultura de Tokio, donde se han erigido estatuas en su honor.
- La historia de Hachiko resalta la profunda conexión entre humanos y animales, y cómo esa lealtad perdura más allá de la vida misma.
El Inicio de una Amistad Inolvidable
La historia de Hachiko conmueve a cualquiera que se acerque a ella, convirtiéndose en un poderoso símbolo de lealtad, compromiso y amistad entre humanos y animales. Seguramente has oído hablar de este famoso perro; tal vez a través de la película protagonizada por Richard Gere, «Siempre a tu lado».
Este filme está inspirado en la vida de Hachiko y ha dado a conocer su hermosa historia a un público muy amplio. Sin embargo, la película no narra con precisión todos los detalles sobre la vida de Hachiko y su dueño, Hidesaburo Ueno.
Aunque la película está ambientada en la actualidad, la verdadera historia de Hachiko y Ueno tuvo lugar entre los años veinte y treinta, un dato que muchos desconocen. Lo que es innegable es que este ejemplar de perro Akita (una raza originaria de Japón y considerada un tesoro nacional) existió de verdad y su historia es conmovedora.
De hecho, llegó a emocionar a tantas personas que, incluso hoy en día, en las calles de Japón, puedes encontrar referencias al animal. ¿Quieres conocer la auténtica relación entre Hachiko y Ueno y por qué fue tan especial? En este artículo te contamos cómo se forjó la conexión entre humanos y animales y, al final, te revelamos cómo Japón ha rendido homenaje a este increíble perro.
Una Conexión Profunda
Hachiko nació el 10 de noviembre de 1923 en una granja en la ciudad de Odate. Un buen día, en 1924, Ueno lo encontró abandonado cuando aún era un cachorro. Inicialmente, no quería adoptarlo, pero tras la insistencia de su hija, terminó llevándoselo a casa.
A medida que pasaba el tiempo, Ueno se fue encariñando con Hachiko. Sin embargo, algunas fuentes indican que Ueno estaba buscando un perro y que un granjero de Odate, amigo de uno de sus alumnos, decidió regalarle uno de su camada. Sea como fuere, el destino quiso que Hachiko y Ueno se cruzaran.
La Tragedia y la Esperanza
Hachiko y Ueno se hicieron inseparables. Hidesaburo, un agrónomo que enseñaba en la Universidad de Tokio, debía ir cada mañana a la estación de tren de Shibuya para llegar a su trabajo. Hachiko lo acompañaba cada día y, al finalizar la tarde, lo esperaba hasta su regreso.
Muchos transeúntes y dueños de negocios los conocían y observaban con ternura su vínculo.
Como en todas las historias más hermosas, también esta tiene un final triste. El 21 de mayo de 1925, Ueno no llegó a la estación desde la universidad. Desgraciadamente, falleció mientras daba clase debido a una hemorragia cerebral.
Sin embargo, Hachiko continuó asistiendo a su cita diaria en la estación de Shibuya, no solo ese día, sino todos los días durante casi diez años, hasta su propia muerte el 8 de marzo de 1935.
Desde que Ueno falleció, han surgido diversas teorías sobre quién cuidó de Hachiko. Algunas afirman que fueron familiares y conocidos de Ueno, mientras que otras indican que el perro fue alimentado y cuidado por ciudadanos y dueños de comercios cercanos. La historia de Hachiko, como muchas otras, está llena de versiones y detalles que cambian según quien la narre.
El Legado de Hachiko
Curiosamente, la primera estatua de Hachiko fue construida en 1934, cuando el perro aún vivía. De hecho, Hachiko asistió a la inauguración, ya que se había convertido en una figura emblemática por su lealtad y compromiso.
Estuvieron presentes su sobrina, Sakano Hisako, altos dignatarios del país y Kishi Kazutoshi, autor de uno de los libros que relata su historia. Sin embargo, esta primera estatua fue retirada durante la Segunda Guerra Mundial por orden del gobierno, que necesitaba el metal para la fabricación de armas.
La estatua que hoy podemos ver en el famoso cruce de Shibuya fue erigida en 1948, está hecha de bronce y se ha convertido en uno de los monumentos más visitados del país.
Japón ha rendido homenaje a este admirable animal de diversas maneras: su cuerpo se conserva disecado en el Museo de Naturaleza y Ciencia de Tokio, y también se erigieron estatuas en la estación de tren de Odate, cerca de donde nació Hachiko, y en la Universidad de Agricultura de la Universidad de Tokio.
Además, el cuerpo de Ueno y su esposa descansan en el cementerio de Aoyama, junto a un monolito de Hachiko, para que siempre permanezcan juntos.