Varias novedades editoriales resignifican lo tierno como agente transformador frente al egoísmo contemporáneo y la perversión del amor romántico Olga Tokarczuk recogió el Nobel de Literatura y apoyó «la ternura» como agente social. Años después, la ternura resurge en ensayos, obras de teatro y novelas, redefiniéndose como un valor ético y político.Múltiples expresiones artísticas revalorizan la ternura como un lazo afectivo potente e innovador. Desde las redes sociales hasta la literatura, la ternura se convierte en un símbolo de resistencia y cuidado en un mundo marcado por la violencia y el individualismo.
Ni cursi ni endeble: la “ternura radical” se reivindica en la cultura como antídoto a las violencias
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