Un nuevo horizonte: Encuentran signos de posible vida en el Exoplaneta K2-18b

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Resumen: Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge ha detectado sulfuro de dimetilo en la atmósfera del exoplaneta K2-18b, sugiriendo la posible existencia de vida microbiana en este mundo cubierto por océanos. Aunque la detección es prometedora, se requiere más evidencia para confirmar la existencia de vida fuera de la Tierra. Este hallazgo, realizado con el telescopio espacial James Webb, plantea nuevas preguntas sobre la naturaleza del planeta y los procesos que podrían estar en juego.
Puntos clave
  • La detección de sulfuro de dimetilo en K2-18b sugiere la posible existencia de vida microbiana.
  • K2-18b es considerado un «mundo hicéano», lo que implica que podría estar cubierto por océanos.
  • La detección se realizó con el telescopio espacial James Webb, utilizando varios de sus instrumentos.
  • A pesar de un alto nivel de confianza, los científicos advierten que se necesitan más observaciones para confirmar estos hallazgos.
  • La naturaleza exacta de K2-18b sigue siendo incierta, con teorías que sugieren diferentes composiciones del planeta.

Un Descubrimiento Emocionante

Un emocionante descubrimiento ha surgido del espacio profundo: la posible detección de sulfuro de dimetilo en la atmósfera de K2-18b, un exoplaneta ubicado a 120 años luz de nuestro planeta.

Este hallazgo, realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge, sugiere la existencia potencial de microorganismos marinos, ya que en la Tierra, estos gases son producidos por la actividad biológica de bacterias y fitoplancton marino.

El sulfuro de dimetilo (DMS) y el disulfuro de dimetilo (DMDS) podrían ser, de confirmarse, la evidencia más clara de vida fuera de nuestro planeta.

Observaciones del Telescopio Espacial James Webb

Las observaciones se llevaron a cabo utilizando los potentes instrumentos del telescopio espacial James Webb, que analiza la luz reflejada por K2-18b de su estrella, permitiendo a los científicos identificar los componentes de su atmósfera.

Este exoplaneta, descubierto en 2015, se considera un «mundo hicéano», lo que implica que podría estar completamente cubierto por océanos.

La Necesidad de Más Evidencia

Sin embargo, no todos los astrónomos están convencidos de la certeza de esta detección y enfatizan la necesidad de más observaciones para alcanzar el nivel de confianza requerido en ciencia para confirmar un hallazgo tan extraordinario.

En la Tierra, tanto el DMS como el DMDS son responsables del característico olor que percibimos cerca del mar, y se consideran biomarcadores, es decir, sustancias que podrían señalar la existencia de vida en otros mundos.

Detalles sobre K2-18b

La detección inicial de DMS en K2-18b se realizó en 2023, aunque no se consideró suficientemente sólida en ese momento.

Al mismo tiempo, el mismo grupo de investigación confirmó la presencia de hidrógeno, metano y dióxido de carbono en la atmósfera del exoplaneta.

K2-18b, que orbita una estrella enana roja, tiene una masa ocho veces mayor que la de la Tierra y un radio 2,6 veces superior.

Se cree que las condiciones de su atmósfera y su posición con respecto a su estrella podrían permitir que el agua se mantenga en estado líquido en su superficie.

Evidencias Adicionales

Un hallazgo adicional que respalda la hipótesis de la existencia de océanos en K2-18b es la ausencia de algunos gases típicos en otras atmósferas exoplanetarias, como el amoníaco o el cianuro de hidrógeno, que podrían haber sido disueltos en los mares del planeta.

La observación de los componentes gaseosos de K2-18b fue posible gracias a que este planeta transita frente a su estrella desde nuestra perspectiva, lo que permite que una pequeña parte de la luz del astro interactúe con su atmósfera antes de llegar al telescopio Webb.

Métodos de Detección

En el primer estudio de 2023, se utilizaron dos de los detectores del James Webb, especializados en luz infrarroja, para sugerir la presencia de DMS y DMDS.

En el nuevo análisis, un tercer instrumento del telescopio (MIRI) ha reforzado la posible detección.

Los científicos estiman que la concentración de DMS y DMDS en K2-18b podría ser miles de veces mayor que en la Tierra, donde estos gases están presentes en concentraciones menores a una parte por mil millones.

A pesar de que la detección tiene un nivel de confianza del 99,7%, aún está lejos del 99,99999% que se considera necesario para validaciones científicas más contundentes.

Cautela y Optimismo en la Comunidad Científica

A pesar de estos hallazgos prometedores, los científicos son cautelosos.

Catherine Heymans, profesora de la Universidad de Edimburgo, señala que aunque en la Tierra estos gases son producidos por microorganismos, no se puede asegurar que tengan un origen biológico en un mundo alienígena, ya que podrían existir procesos geológicos desconocidos que los produzcan.

Además, la naturaleza exacta de K2-18b sigue siendo incierta, con algunas teorías sugiriendo que podría no estar cubierto por agua en absoluto.

Un Futuro Prometedor

Nikku Madhusudhan, líder del estudio, reconoce las dificultades para aclarar los misterios que rodean a K2-18b, pero se muestra optimista.

Sugiere que podríamos estar en un punto de inflexión para responder a la pregunta sobre la existencia de vida fuera de la Tierra.

«Dentro de décadas, podríamos mirar atrás y reconocer que este momento fue cuando el universo viviente estuvo a nuestro alcance», concluye.

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